¿Te interesa cómo ha evolucionado la lactancia materna a lo largo de la historia? En este blog, vamos a adentrarnos en un viaje a través de la historia de la lactancia, desde los tiempos más antiguos hasta la actualidad. Exploraremos cómo las mamás han enfrentado diferentes desafíos a lo largo del tiempo, especialmente cuando no podían amamantar a sus bebés. Descubriremos las prácticas de nodrizas, que eran mujeres que amamantaban a los bebés de otras madres, así como el uso de leche de animales como opción.
También veremos la llegada de las fórmulas de leche artificial hace unos 150 años, cómo se volvieron productos comerciales y compitieron con la lactancia materna. Hablaremos sobre la importancia del Código que regula la comercialización de estos sucedáneos y cómo ha impactado en la promoción de la lactancia materna en todo el mundo.
Historia de la lactancia
Vamos a explorar la evolución de la lactancia y las opciones disponibles desde tiempos prehistóricos hasta el presente
Desde principios de los tiempos
Desde tiempos antiguos hasta hace unos 150 años, la mayoría de los bebés humanos solían ser alimentados con la leche de sus mamás o de otras mujeres. Los seres humanos pertenecemos a un grupo de animales llamados mamíferos, que producen leche en sus glándulas mamarias para dar de comer a sus crías.
Nosotros nos diferenciamos de otros animales porque caminamos en dos patas, lo que nos dio ventajas, como ver los posibles peligros desde lo más alto y usar nuestras manos para hacer cosas. Sin embargo, esto también hizo que nuestras caderas se hicieran más estrechas, lo que causó problemas en el parto. Como resultado, nuestros bebés nacen menos desarrollados y necesitan más cuidados y ayuda.
Debido a esto, la leche que producen las mamás humanas es diferente a la de otros animales, con menos sustancias y proteínas concentradas. Por eso, los bebés humanos no pueden tomar la leche de otros animales sin que sea modificada.
Si miramos cómo lo hacían otras especies de mamíferos, sociedades no tan avanzadas o leemos textos antiguos como el Papiro de Ebers en el antiguo Egipto, La Biblia, Galeno, El Corán, veríamos que lo común era que los niños pequeños fueran amamantados por sus mamás hasta al menos los 2 o 3 años.
Lactancia mercenaria
En la historia, hemos visto que en muchas civilizaciones, mujeres de diferentes edades y clases sociales no amamantaban a sus bebés. En cambio, otras mujeres los cuidaban, como se menciona en varios textos históricos, como el código de Hammurabi, La Biblia, Sorano de Éfeso, el Corán y otros.
Desde el Renacimiento, en Europa, las personas ricas empezaron a dejar que las nodrizas cuidaran de sus bebés en lugar de amamantarlos. Esto se debía en parte a que la lactancia tenía un efecto anticonceptivo, lo que significa que las clases populares tenían menos hijos, alrededor de uno cada dos años. Por otro lado, las personas ricas tenían más hijos, pero muchos de ellos morían a una edad temprana.
Varias razones influyeron en esta tendencia de las clases acomodadas a usar nodrizas en lugar de amamantar:
- La alta tasa de mortalidad infantil requería que las familias ricas tuvieran más hijos para asegurarse de que algunos sobrevivieran para heredar sus propiedades.
- Algunas personas pensaban que la leche era similar a la sangre menstrual, que se consideraba “impura” en esa época.
- Había creencias y tabúes, como pensar que la lactancia debilitaba a las mujeres o que mantener relaciones sexuales podía afectar la leche.
- Algunas personas veían los pechos como objetos eróticos que no debían mostrarse en público.
- Se consideraba que la lactancia era para clases menos privilegiadas o para animales.
En los siglos XVIII y XIX, en España, se publicaban anuncios en los periódicos ofreciendo trabajos como nodrizas, que constituían una gran parte de las ofertas de empleo. También se volvieron populares las nodrizas cántabras, especialmente las pasiegas, entre la nobleza, debido a su buena salud y supuesta “pureza de sangre”.
A partir de finales del siglo XIX, las mejoras en la fabricación de leche artificial y los descubrimientos de Louis Pasteur comenzaron a reemplazar el uso de las nodrizas
Alimentación del lactante con leche de otros animales
Desde hace mucho tiempo, se conoce la alimentación artificial de bebés. En excavaciones arqueológicas que datan de hace 2,000 años antes de Cristo, se han encontrado muchas vasijas con boquillas que probablemente se utilizaban como biberones para los bebés.
Los bebés humanos, especialmente en los primeros meses de vida, no pueden digerir bien la leche de otros animales porque tiene más proteínas y otras sustancias que la leche humana. Por ejemplo, la leche de vaca y de cabra tiene cuatro veces más proteínas que la leche humana, la de oveja seis veces más, la de loba diez veces más, y la de asna, dos veces más. Cualquier intento a lo largo de la historia de alimentar a los bebés con leche de otros animales ha tenido resultados muy malos, con una alta tasa de muertes, especialmente en bebés menores de 1 año. Un ejemplo trágico de esto fue en un lugar llamado el hospicio de Rouen en Francia, donde entre 1763 y 1765, de 132 niños internados, solo sobrevivieron cinco.
Incluso Tito Livio, quien escribió sobre la historia de Roma, pensaba que la historia de Rómulo y Remo siendo amamantados por una loba era una leyenda, y que en realidad, la mujer que los cuidó era una especie de trabajadora del sexo, debido a un malentendido en el nombre latino de su profesión, (“lupa” en latín se traduce tanto por “loba” como por “prostituta”).
La leche de asna, que es la más parecida a la leche humana en cuanto a proteínas, daba un poco más de posibilidades de supervivencia, pero todavía no evitaba la desnutrición
Historia de la alimentación con sucedáneos
A finales del siglo XIX, con la llegada de la segunda revolución industrial, muchas mujeres comenzaron a trabajar en fábricas en condiciones muy difíciles. Como resultado, tuvieron que dejar a sus bebés al cuidado de otras personas poco después de nacer. Muchas de estas mujeres no tenían la opción de tener a otras madres amamantando a sus bebés o contratar nodrizas. Ya se sabía que dar leche de otros animales a los bebés a menudo causaba su muerte. A veces, si diluían la leche, algunos bebés sobrevivían, pero con malnutrición y carencias.
En respuesta a esta necesidad, los avances en la química y la biología, incluyendo el trabajo de Louis Pasteur, permitieron modificar la leche de vaca para que fuera más segura para los bebés. En 1867, un industrial alemán llamado Henri Nestlé lanzó al mercado un producto llamado “Harina lacteada Nestlé” que fue muy exitoso. Estaba hecho a partir de leche de vaca hervida y diluida, con azúcar y harina de trigo.
En el siglo XX, se crearon fórmulas adaptadas a partir de leche de vaca a las que se les añadieron nutrientes como calcio, hierro y vitaminas. Estas fórmulas se han mejorado con el tiempo, incluyendo ácidos grasos, aminoácidos, oligosacáridos y más. En la actualidad, estas fórmulas son consideradas alimentos bastante seguros y aceptables para bebés que no son amamantados, al menos en lugares donde las familias pueden costearlas y hay acceso a agua potable.
Sin embargo, desde que se comenzaron a vender estos productos, la industria de alimentos para bebés ha crecido enormemente, con campañas publicitarias influyentes. Esto ha llevado a la creencia errónea de que lo industrial es mejor que lo natural, y se ha llamado “maternidad científica” a esta idea.
Estas campañas no se limitaron al mundo desarrollado, sino que también se han expandido a países en desarrollo y economías emergentes como China, Rusia e India.
En palabras del pediatra Bo Vahlquist, el cambio en la alimentación de los bebés es “el mayor experimento no controlado del mundo”, y ha tenido graves consecuencias, especialmente en áreas empobrecidas con infecciones y desnutrición, y posiblemente en sociedades ricas con más enfermedades y consultas médicas. Además, ha habido una pérdida de la cultura de la lactancia a medida que las madres dejaron de amamantar a sus hijos, lo que solían aprender de sus propias madres y abuelas.
Reacciones al comercio injusto
A muchas empresas se les ha acusado de llevar a cabo una publicidad engañosa, promocionando productos que reemplazan la lactancia materna. Incluso se les ha responsabilizado de una parte importante de la mortalidad infantil en el siglo XX, ya que el uso de sus productos a menudo llevó al abandono de la lactancia materna. Se ha acusado a estas empresas de realizar campañas de promoción, como dar muestras de sus productos a madres en países en desarrollo. Estas madres a menudo dejaban de producir leche materna por falta de estímulo, no podían comprar más productos de fórmula adaptada debido a problemas económicos y tenían dificultades para acceder a agua potable para prepararlos.
Como resultado, muchos niños murieron por infecciones debido a la falta de defensas de la leche materna o por consumir agua contaminada, o por desnutrición al diluir demasiado el producto, que era costoso para sus presupuestos. Esta situación se ha llamado “malnutrición comerciogénica” (Dr. Derrick Jelliffe, 1968).
Algunas personas comenzaron a alzar la voz contra estas prácticas. En 1939, la pediatra Cicely Williams pronunció un discurso en el que criticaba duramente a la industria de alimentos para bebés, usando palabras fuertes como “masacre de inocentes” y “asesinato”.
En 1956, un grupo de mujeres en Chicago fundó La Liga de la Leche para brindar apoyo a las madres que amamantan. Hoy en día, es un respetado grupo internacional de apoyo a la lactancia.
En 1973, la revista New Internationalist publicó un artículo titulado “The baby food tragedy,” en el que acusaba a los fabricantes de sustitutos de ser responsables de la muerte de miles de niños en países en desarrollo debido al consumo generalizado de sus productos y prácticas de comercialización inapropiadas.
En 1974, la organización no gubernamental “War on Want” publicó un informe llamado “The baby killer,” que denunciaba la publicidad agresiva de compañías como Nestlé en muchos países de África, América Latina y el sudeste asiático. Este informe llevó a un boicot a Nestlé, y la empresa demandó a la ONG por difamación.
En 1974, la 27ª Asamblea Mundial de la Salud advirtió del descenso de la lactancia materna en muchos países y lo relacionó con la promoción de sustitutos de la leche materna. Recomendó a los estados miembros tomar medidas para corregir esta situación. La OMS y la UNICEF continuaron insistiendo en esta recomendación hasta que en 1981 se aprobó el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna. Este código establece reglas para proteger la lactancia materna de prácticas comerciales poco éticas.
El código internacional de comercialización de sucedáneos de la leche materna
El Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna aborda una serie de reglas relacionadas con productos como fórmulas infantiles, alimentos complementarios y utensilios para bebés, como tetinas y biberones. Aquí tienes algunos de los puntos clave:
- Los productos deben llevar etiquetas y materiales informativos que destaquen claramente la superioridad de la lactancia materna. También deben indicar que estos productos deben ser recomendados solo por profesionales cualificados e independientes. Se debe advertir sobre el riesgo de que su uso afecte la lactancia materna y la dificultad de retomarla una vez que se ha suspendido.
- Las imágenes o ilustraciones de bebés no pueden aparecer en los envases ni etiquetas de los productos, ni se pueden utilizar otros elementos que idealicen el uso de fórmulas infantiles. Además, no se pueden utilizar términos como ‘humanizada’ o ‘maternizada’ u otros similares.
- En los lugares de venta, como farmacias o supermercados, no se permite la publicidad de estos productos, ni la entrega de muestras o utensilios a mujeres embarazadas o madres de bebés y niños pequeños. No se pueden usar métodos promocionales para influir a los consumidores a comprarlos.
- Los centros de atención médica no deben promover estos productos, ni mostrarlos ni materiales de propaganda de los productos o sus marcas comerciales. Los fabricantes no pueden proporcionar muestras de sucedáneos de leche materna a los profesionales de la salud ni ofrecer incentivos financieros o materiales a ellos o sus familias. Los profesionales de la salud tampoco pueden entregar muestras gratuitas de sucedáneos a las madres.
- No está permitida la publicidad directa de estos productos o cualquier otra forma de promoción destinada al público en general, como anuncios en televisión, prensa o redes sociales.
- Los sistemas de incentivos de ventas para el personal de comercialización no deben incluir el volumen de ventas de estos productos ni establecer cuotas específicas para su venta.
- La vigilancia de la aplicación del Código recae en los gobiernos, con la colaboración de grupos de profesionales.
- En la actualidad, 39 países han incorporado total o parcialmente el Código en su legislación. En España, el Código se refleja parcialmente en el Real Decreto 867/2008, que establece regulaciones sobre etiquetado, material informativo y publicidad para fórmulas de inicio (aunque no para productos destinados a bebés mayores de 6 meses). El incumplimiento de estas regulaciones se considera una infracción grave.
Después del código internacional de comercialización de sucedáneos de la leche materna
A pesar de las recomendaciones de la OMS, la regulación gubernamental y el Código, las tasas de lactancia en países con un alto PIB han tardado en mejorar y todavía no han alcanzado niveles deseados. Esto se debe en gran medida a dos problemas principales: la pérdida de la cultura de la lactancia y la falta de conocimiento de los profesionales de la salud.
Por un lado, muchas personas han dejado de amamantar a sus hijos, y la transmisión de conocimientos sobre la lactancia de generación en generación se ha debilitado. Además, algunos profesionales de la salud, sin intención, han continuado aplicando prácticas incorrectas en el cuidado de las madres y los bebés en hospitales y clínicas de pediatría debido a la falta de capacitación y conocimiento sobre la lactancia.
Adicionalmente, las empresas que comercializan productos de alimentación infantil a menudo violan las regulaciones del Código. Regalan muestras, hacen promociones y realizan publicidad que en teoría no deberían permitirse y que puede resultar engañosa.
La OMS y UNICEF han estado trabajando para promover y proteger la lactancia materna a través de iniciativas como la Declaración de Innocenti, la iniciativa Hospital Amigo de los Niños (iHAN) y la Estrategia mundial para la alimentación del lactante y el niño pequeño, entre otras.
Recientemente, con la campaña #EndExploitativeMarketing (OMS-UNICEF 2022), han advertido que las empresas de productos de alimentación infantil están utilizando masivamente las redes sociales para promocionar sus productos. Esto incluye dirigirse a embarazadas y madres a través de grupos en las redes, contratar “influencers” para promocionar sus productos y crear publicidad engañosa que socava la confianza de las madres en su capacidad de amamantar exclusivamente. Se estima que las empresas gastan grandes sumas de dinero en estas campañas y que están violando ampliamente el Código.
Conclusiones Historia lactancia materna y código internacional sucedáneos
A lo largo de la historia, los bebés se han alimentado de diversas formas, pero la lactancia materna, que es el acto natural de que un bebé se alimente del pecho de su madre, ha sido la forma más común. Sin embargo, en el siglo XIX, comenzaron a producirse fórmulas con leche de vaca modificada que los bebés podían tolerar. A lo largo del siglo XX, las estrategias comerciales de promoción de estas fórmulas artificiales llevaron a un declive en la lactancia materna, lo que tuvo graves consecuencias, especialmente en regiones menos desarrolladas, donde provocó altas tasas de mortalidad infantil.
En un esfuerzo por promover la lactancia materna en todo el mundo y regular la comercialización de sustitutos de la leche materna, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) crearon en 1981 un conjunto de reglas llamado el “Código de comercialización de sucedáneos”. Sin embargo, este código todavía no se respeta ampliamente en los ámbitos gubernamentales, comerciales y de atención médica.
Conocer la historia nos lleva a no caer en los mismos errores, aunque la realidad actual es que el 75% de las mamás usarán un biberón durante su etapa martenal, de las cuales el 50% perderán su lactancia materna por usar un biberón genérico.
Por eso nació nuestro proyecto Happymami, para dar una solución real a esta situación. Creando un biberón diseñado a medida con la forma del pecho de cada mamá, previniendo el factor de confusión, protegiendo la lactancia materna.
Bibliografía Historia lactancia materna y código internacional sucedáneos
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